Las calderas son máquinas que tienen como objetivo generar vapor al calentar agua por medio de calor, el cual es generado por el consumo de combustible no nuclear o por electricidad de resistencia, dicho proceso se realiza en una cámara donde se produce la combustión, para posteriormente (a través de una superficie) realizar la transferencia de calor. Las calderas se utilizan en diversos rubros, como por ejemplo: la industria alimentaria, transporte, sanidad, etc.

Normas ASME

El Código de Calderas y Recipientes a Presión de ASME establece normas para la inspección de calderas y recipientes a presión. Un componente a presión que es diseñado, fabricado y supervisado de acuerdo con estas normas tendrá una larga vida útil, lo cual asegurará la integridad de la infraestructura y la protección de la vida humana, sin embargo, uno de los factores más importantes en este aspecto es la inspección y mantenimiento periódico de las calderas.

Mantenimiento periódico

Una caldera está integrada por diversas piezas, las cuales actúan de forma conjunta para lograr el resultado esperado. Mediante un mantenimiento periódico, podemos tener la seguridad de que dichas piezas estén en óptimas condiciones y funcionen de forma correcta o eficiente (además de disminuir el riesgo de daños graves, tanto al personal como a las instalaciones). Las calderas tienen diferentes tipos de mantenimiento según su frecuencia: desde mantenimientos “diarios” hasta mantenimientos “semestrales” o “anuales”.

Motivos por los cuales se debe hacer mantenimiento

Entre los principales motivos por los cuales se debe hacer mantenimiento periódico en una caldera, se encuentran los siguientes:

Protección del personal: Cualquier error técnico en una caldera debido a la falta de mantenimiento puede generar accidentes y poner en peligro la salud e integridad del personal.

Cumplir con el marco legal correspondiente: Al realizar el mantenimiento de una caldera se cumple con las diferentes normas y leyes locales, lo cual es importante para brindar un servicio de calidad y ofrecer seguridad al personal, además de evitar posibles problemas legales.

Optimizar el rendimiento de una caldera: la falta de mantenimiento de una caldera puede provocar que su rendimiento sea menor, que deje de funcionar o que su vida útil disminuya de forma considerable.

Evitar gastos innecesarios: en muchas ocasiones, el mantenimiento de una caldera ayuda a prevenir problemas operativos mayores, lo cual evita gastos adicionales para la empresa o negocio.

Menor emisión de gases tóxicos: las calderas sin mantenimiento pueden producir algunos gases tóxicos, como por ejemplo el monóxido de carbono, sin embargo, con un correcto mantenimiento se puede evitar este tipo de incidentes, además de mejorar el medio ambiente y mejorar la eficiencia energética del sistema.

¿Qué opinas sobre este tema? ¿Conocías la importancia del mantenimiento periódico de las calderas?

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Imagen de Mykyta Martynenko vía Unsplash.com bajo licencia creative commons.


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