Los recipientes a presión son equipos utilizados a nivel industrial para contener una carga (líquida o gaseosa) que se encuentra sometida a niveles de presión diferentes al de su exterior. El servicio de recipientes a presión abarca desde el diseño hasta el mantenimiento o reparación de dichos equipos. A continuación, conoceremos más sobre el origen de este servicio especializado.
Historia de los recipientes a presión
La historia de los recipientes a presión se remonta a finales del siglo XV (1495), ya que existe un diseño documentado para esa fecha en el Códice Madrid I (uno de los manuscritos de Leonardo Da Vinci), en el cual se describe una máquina simple (recipiente a presión) que podía realizar el trabajo de levantar objetos de pesos elevados que se encontraran debajo del agua, siempre y cuando la máquina estuviera presurizada con aire.
En este punto debemos destacar que Da Vinci describe a una “máquina simple”, sin embargo, actualmente existen máquinas que generan vapor conocidas como calderas, las cuales son un tipo de recipiente a presión.
Por su parte, las calderas fueron los primeros grandes recipientes a presión que se construyeron. Su invención se llevó a cabo en la segunda mitad del siglo XVIII (1760) con la finalidad de generar el vapor que servía como fuente de energía de las máquinas utilizadas durante toda la revolución industrial. Por lo tanto, eran una pieza fundamental para todos los procesos industriales del momento.
Origen del servicio de recipientes a presión
La revolución industrial fue el evento histórico que impulsó el origen del servicio de recipientes a presión, debido a que estos recipientes suministraban la energía requerida a muchas máquinas de vapor de ese momento.
Este tipo de servicio especializado surgió como una herramienta para brindar un grado de seguridad y eficiencia en el funcionamiento de los recipientes a presión utilizados en las industrias establecidas durante la revolución industrial.
A pesar de que este modelo de servicio contaba con los procesos de diseño, fabricación, instalación y mantenimiento, el problema principal era que carecía de leyes, normas y estándares que garantizaran a plenitud el buen funcionamiento de dichos recipientes a presión, lo cual originó cientos de accidentes y muertes durante más de cien años.
Código ASME BPVC
Debido a la serie de accidentes y muertes que sucedieron por causa de explosiones de calderas y recipientes a presión, surgió la necesidad de desarrollar normas, estándares y códigos que certifiquen el buen funcionamiento de dichos recipientes a presión.
Esto llevó a un grupo de profesionales a desarrollar el primer Código para Calderas y Recipientes a Presión (BPVC) en el año 1914, el cual se caracterizaba por ser un libro de 114 páginas. Actualmente el código ASME BPVC está conformado por 32 libros, de los cuales dos (2) libros son de Casos de Código, los cuales proporcionan normas que permiten el uso de materiales y métodos alternativos de construcción (que no están cubiertos por las normas BPVC).
¿En qué consiste el servicio de recipiente a presión actualmente?
Desde la creación del Código ASME BPVC hasta la actualidad, el servicio de recipientes a presión debe cumplir con una serie de estándares y códigos durante cada uno de los procesos y actividades que conforman este servicio especializado. La empresa que brinde este servicio, debe cumplir con dichas normas durante el diseño, fabricación, instalación, funcionamiento, mantenimiento y reparación de los recipientes a presión.
Actualmente el servicio de recipientes a presión es de suma importancia en varias empresas del sector industrial, en donde dichos recipientes son una pieza fundamental en una gran variedad de procesos. Por su parte, los estándares establecidos por el código ASME BPVC actualmente son utilizados en más de 100 países alrededor del mundo, donde se garantiza su cumplimiento a través de inspectores autorizados por ASME.
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